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viernes, 30 de abril de 2010

HIPERTENSION ENDOCRANEANA


HIPERTENSION ENDOCRANEANA
Se define hipertensión endocraneal al momento en que la presión intracraneal (PIC) supera los mecanismos reguladores fisiológicos cerebrales.


FUNDAMENTOS ANATOMOFISIOLOGICOS

CONCEPTOS

Se define la PIC como aquella presión medida en el interior de la cavidad craneal que es el resultado de la interacción entre el continente (cráneo) y el contenido (encéfalo, líquido cefalorraquídeo (LCR ) y sangre) El contenido de la cavidad craneal tiene tres componentes: el encéfalo, cuyo volumen ocupa el 80% del total, y otros dos elementos, la sangre y el LCR, que no por ser líquidos tienen menos importancia en los mecanismos tampones para el control del aumento de la PIC, ambos constituyen aproximadamente el 20% dividido en proporciones iguales. Estos componentes son poco compresibles y por este motivo el aumento de uno de ellos debe compensarse con la disminución proporcional de los restantes; esta ley se conoce como la doctrina de monro-kelly y explica el comportamiento de los mecanismos buffer o tampones en el control de la hipertensión endocraneal.


PRESION INTRACRANEAL NORMAL.

La PIC no posee un valor estable se ve modificada por diversas situaciones fisiológicas que cambian los elementos del contenido, por ejemplo el pulso cardiaco que provoca una verdadera inyección de sangre dentro de los vasos cerebrales, el aumento de la presión en el sistema venoso como resultado de la inspiración también modifica la PIC, otros factores como la posición del individuo las ondas de Traube-Hering-Meyer en la tensión arterial, maniobras de Valsalva, dolor etc. Los valores normales establecidos para la PIC están entre los 3-15 mmhg, o 70-150 cm de agua, sin embargo otros autores utilizan limites superiores para comenzar con el tratamiento de la hipertensión endocraneal por tec, (20mmhg) Se considera que el trauma craneal grave es la única entidad donde se ha conseguido determinar una relación evidente entre el nivel de la PIC y la gravedad del paciente, porque no se activan adecuadamente los mecanismos tampones ante la (HEC) y el cráneo se comporta como una cavidad totalmente cerrada(1-2).

FISIOPATOLOGIA DE LA HEC
PARENQUIMA CEREBRAL

El edema cerebral es el proceso prototipo capaz de aumentar el componente parenquimatoso del volumen intracraneano. Este lleva a un aumento en el contenido de agua intra o extracelular. El edema cerebral puede ser citotóxico o vasogénico; el citotóxico afecta a la sustancia gris y blanca donde se pierde el equilibrio iónico normal y esto conduce a acumulación de niveles citotóxicos de calcio. El vasogénico se relaciona mas con traumatismo en las estructuras vasculares, esto incrementa la permeabilidad vascular no solo para agua y electrolitos sino también para compuestos de alto peso molecular como las proteínas plasmáticas. Las secuelas adversas del edema cerebral vasogénico pueden resumirse en: · alteraciones patológicas de la composición del fluido intersticial en el parénquima edematoso con perdida de la homeóstasis del fluido extracelular. · alteración de la microcirculación cerebral regional · efecto de masa intracraneal con aumento de la PIC, disminución de la compliance y deterioro concomitante del flujo sanguíneo cerebral.
Líquido cefalorraquídeo Bajo circunstancias normales el volumen de LCR en el adulto es de 150ml. Este es producido por los plexos coroideos como un ultrafiltrado del plasma, es segregado luego directamente a los ventrículos, por ultimo es reabsorbido a nivel de las granulaciones subaracnoideas hacia la circulación venosa sistémica. La hipertensión endocraneana puede producirse como consecuencia de un aumento de la resistencia a la absorción de LCR. La meningitis, encefalitis, células rojas y proteínas en la HSA aumentando en forma directa la resistencia a la absorción de LCR. Una segunda forma de la resistencia puede ocurrir en cualquiera de los canales de la circulación del liquido. El aumento del tamaño ventricular por aumento de la presión del LCR da origen a la hidrocefalia(4-5)..
Volumen sanguíneo intracraneal. Para comprender el flujo sanguíneo cerebral y su interacción con los fenómenos de presión intracraneana es necesario conocer la presión de perfusión cerebral (PPC), que es definida como el gradiente de presión de la sangre a través del SNC, y representa la diferencia entre la presión arterial media (PAM) de ingreso y la presión venosa de salida Por lo tanto la PPC puede ser medida con aproximación si se resta la presión intracraneal PIC de la presión arterial media PAM ya que la PIC es casi igual a la presión venosa subaracnoidea. Cuando la PAM es normal y la PIC también la diferencia entre PPC y PAM es mínima y no tiene importancia clinica. Esto sin embargo varía en presencia de injuria cerebral y/o en presencia de hipertensión endocraneana. Rosner definió un ciclo característico inducido por la disminución de la presión arterial sistémica en los pacientes con injuria cerebral. En estos casos, la reducción de la PPC puede actuar como un estimulo VASODILATADOR produciendo un INCREMENTO en el VOLUMEN SANGUINEO CEREBRAL y en la PIC. El aumento de la PIC produce una subsecuente REDUCCIÓN en la PPC y por ende mayor estimulo VASODILATADOR. Este proceso una vez iniciado tiende a autoperpetuarse ,el ciclo continúa hasta que la vasodilatación es máxima, lo cual constituye el limite inferior de la autorregulación y luego cesa. El ciclo puede ser interrumpido por eventos que aumenten la PPC, tales como el aumento en la presión arterial sistémica, drenaje de LCR la hiperventilación etc., que se ampliaran con mas detalle en tratamiento.



CUADRO CLINICO DE LA HIC.

El comportamiento clínico de pacientes con aumento en la PIC depende de factores como: · La causa de la HIC (pseudotumor cerebral, tumores, traumatismos caneoencefálicos) · El período de instalación del cuadro (agudo, subagudo, crónico). · El estado previo del encéfalo (volumen del encéfalo, elasticidad adaptabilidad, anatomía del órgano) · La existencia de otras situaciones agravantes como pueden ser hipoxia o isquemia. Se ha descrito una triada clásica que traduce elevación de la PIC: cefalea, vómitos, y papiledema. La cefalea se produce como consecuencia de la irritación de estructuras sensibles como los vasos, la duramadre, y los nervios sensitivos, estructuras NO siempre distorsionadas durante los episodios de hipertensión. Lumberg comunicó episodios en sus pacientes de hasta 60 o 70 mmHg sin la presencia de cefalea u otros síntomas de HIC. Los vómitos pueden tener numerosas causas y su control vegetativo se encuentra en la porción más caudal y dorsal del bulbo raquídeo, de modo que no se explica su mecanismo de producción en estas situaciones. El papiledema sin embargo, está directamente relacionado con un aumento de la presión en el espacio subaracnoideo y su continuación en el espacio perióptico; este último esta anatómicamente formado por la extensión del espacio subaracnoideo intracraneal al rodear el nervio óptico después de su entrada al canal óptico, en la actualidad este espacio constituye una de las regiones hacia donde se han focalizado los estudios sobre el aumento de la PIC a través de ultrasonido diagnostico y la RM. Otros síntomas son: vértigos, constipación, transtornos en las funciones globales del encéfalo como la memoria, intelecto, voluntad, conducta, emociones etc., convulsiones alteración de los parámetros vitales como: tensión arterial, variaciones en la frecuencia cardiaca, y la respiración, signos de herniación cerebral, hipo, falsos signos de localización (parálisis del sexto nervio craneal, y síntomas psíquicos).


ETAPAS EVOLUTIVAS DE LA HIPERTENSION INTRACRANEAL EN EL ADULTO

Primera etapa. En este período existe modificación del volumen intracraneal a expensas de desplazamientos de uno de los componentes líquidos: LCR y/o sangre. No se observan variaciones cuantitativas de la PIC, y, si se producen de forma paulatina, pueden no haber síntomas o signos sugestivos de tales disturbios. Segunda etapa. Durante esta etapa de subcompensación, se produce una elevación de la PIC, generalmente ligera, y comienzan a aparecer síntomas (hipertensión arterial y bradicardia) como consecuencia de la resistencia a la entrada de sangre al lecho vascular cerebral. Tercera etapa. Es el periodo en el cual los mecanismos reguladores son insuficientes para compensar las variaciones en la magnitud de la PIC y comienza a desplazarse el tejido cerebral según las líneas de fuerza, las herniaciones. La sintomatología es abundante y existen alteraciones como resultado de la hipoxia-isquemia cerebral. Los complementarios que pueden medir el funcionamiento encefálico muestran su bancarrota. Cuarta etapa. Coincide con los niveles bulbares de la degradación rostrocaudal y traducen irreversibilidad del proceso. Las manifestaciones clínicas evidencian la agonía del control de las funciones autónomas. Es el periodo terminal.




MONITOREO DE LA PIC.

En la actualidad el registro continuo de la PIC es el único método que permite saber con seguridad si el paciente presenta o no HEC y si el tratamiento instaurado es eficaz o no para normalizar la PIC. El monitoreo de PIC esta indicado en todos los pacientes con TEC que presenten una GCS * 8 puntos y una TAC de ingreso anormal, los pacientes con TECG y TAC normal que presentaran al ingreso dos o más de las siguientes características: edad superior a 40 años, postura de descerebración unilateral o bilateral o presión arterial sistólica menor de 90 mmHg,. También en TEC moderados, Infecciones del SNC, síndrome de Reye, posoperatorio de hematomas cerebrales espontáneos, encefalopatía hepática aguda, posoperatorio de grandes tumores extracerebrales, etc. La medición de PIC puede realizarse en cualquier compartimiento intracraneano(epidural, subdural, subaracnoideo, intraventricular o intraparenquimatoso) el patrón de referencia lo constituye la colocación de un catéter ventricular (astas frontales de los ventrículos laterales y un transductor de presión cuyo cero de referencia se ha establecido a nivel del foramen de Monro). Los monitoreos subdurales y subaracnoideos prácticamente no se utilizan por su gran margen de error y la posibilidad de infecciones, El monitoreo epidural permite un monitoreo prolongado con un mínimo riesgo de infecciones ,el monitoreo con sensores intraparenquimatosos presenta dificultades en su recalibración y en la infección, pero tiene una elevada sensibilidad., los sistemas interventriculares se reservan para los pacientes en los que el acceso al LCR y su drenaje suponen una ventaja terapéutica o diagnostica. En el registro de PIC deben monitorearse, el valor absoluto de la PIC y de la PPC, registrar la presencia de ondas patológicas, y el estudio de la onda de pulso intracraneano. Lumberg describió tres tipos de ondas patológicas (A,B,C) en el paciente neurocrítico son sobre todo las dos primeras las más relevantes. Las ondas A o plateau consisten en un rápido ascenso de la PIC refleja un estado de reducción de la distensibilidad cerebral, y se asocia con un marcado aumento del volumen sanguíneo cerebral. Las ondas B consisten en elevaciones de la PIC con una periodicidad de 0,5 -2 minutos y sugieren cambios del volumen sanguíneo cerebral producidas por una alternancia de vasodilatación y vasocontricción a nivel de los lechos distales. Las ondas C se manifiestan en forma de ondas rítmicas y rápidas con una periodicidad de 5 a 8 por minuto y parecen ligadas a cambios en la presión sanguínea.



MONITREO DE LA SATURACION DE OXIGENO DE LA HEMOGLOBINA EN EL BULBO DE LA VENA YUGULAR INTERNA (SjO2)

Este monitoreo relativamente menos difundido nos permite expresar si el FSC es suficiente , es excesivo o no alcanza para satisfacer las necesidades metabólicas cerebrales de oxigeno. El valor normal de la SJO2 oscila entre el 50 y el 75% y se considera que el FSC es insuficiente respecto a las necesidades metabólicas cerebrales cuando el valor de la SjO2 es inferior al 50% (estado de hipoperfusión ). Por el contrario existe hiperemia absoluta orelativa (perfusión de lujo) cuando la SjO2 supera la cifra de 75%. Los valores de SjO2 superiores al 90% se relacionan con situaciones de muerte cerebral. El monitoreo se realiza de modo continuo a través de catéter de fibra óptica , actualmente se utiliza para lesiones difusas en la vena yugular derecha y en las lesiones focales en la yugular del lugar mas afectado según la TAC.


ECOGRAFIA DOPPLER TRANSCRANEANA.

La ecografía DTC se va abriendo paso en el monitoreo neurológico debido a sus caracteristicas de no invasividad, a la posibilidad de realizarla a la cabecera del paciente y cuantas veces uno quiera debido a su bajo costo y a que suministra una información indirecta pero muy valiosa sobre la hemodinámica cerebral. Esta permite calcular la velocidad de las arterias del polígono de Willis. Dado que la velocidad de flujo es directamente proporcional al FSC e inversamente proporcional al radio del vaso, si no se modifica dicho diámetro los cambios en la velocidad traducirán modificaciones en el FSC. Por el contrario, si el FSC permanece estable los cambios velocimétricos expresarán modificaciones en el radio del vaso, como acontece por ejemplo en el vasoespasmo. Este monitoreo nos permite el mejor conocimiento del perfil hemodinámico y del estado de la autorregulación cerebral nos permite concebir un tratamiento más especifico para la HEC.


TRATAMIENTO

Puntualizaciones sobre el manejo general de los pacientes con TCEG El tratamiento global de los pacientes con TCEG comprende una vertiente quirúrgica, que consiste en la evacuación de hematomas, el levantamiento de las fracturas-hundimiento y la exéresis del tejido cerebral lacerado o contundido. Si el paciente no presenta una lesión ocupante de espacio (LOE) o después de ser intervenido, se monitoriza la presión intracraneal (PIC) e ingresa en UCI. Actualmente está bien establecido que una puntuación igual o inferior a 8 en la escala de coma de Glasgow (GCS) constituye un riesgo de hipertensión intracraneal (HIC). También se utiliza la monitorización de la saturación de oxigeno de la hemoglobina en el bulbo de la yugular (SJO2), esta aporta datos sobre la hemodinámica cerebral global. A nivel sistémico se incluye el control de diuresis, frecuencia cardiaca, presión arterial, presión venosa central y, en situaciones de inestabilidad hemodinámica, medición de la presión en la arteria pulmonar. Por lo anterior los objetivos sistémicos cerebrales que deberá alcanzar el tratamiento son:
SaO2 > 95% PaCO2 de 35 mmHg PIC <> 10 g/dl PPC > 70mmHg Velocidad media en la ACM de 60 +/- 10 cm/seg.
Siempre hay que tener presente que ante la presencia de una LOE la cirugía es el tratamiento de elección para controlar la PIC. La necesidad de cirugía inmediata estará dada por los hematomas extraaxiales, sobre todo si originan desplazamientos de la línea media > 5mm, o volumen mayor 25 cc accesibles por su localización, además del criterio de volumen las masas intraaxiales deben evacuarse cuando provocan un gran edema circundante, compresión o ausencia de las cisternas basales o HIC refractaria al tratamiento medico intensivo.
Medidas generales del tratamiento del TEC: * Posición de la cabeza: se observo que con la elevación de la cabeza se obtiene un lento efecto de descenso de la PIC. * Reposición hídrica: la hipovolemia es un factor adverso en el TCE, así que es importante mantener la normovolemia y esta se consigue con soluciones de albúmina (alb/serica > 40g/l) y trasfusiones de sangre (Hb/serica > 125 g/l), consiguiéndose valores normales que incrementan la presión coloidoosmotica y mejoran la oxigenación cerebral. La terapia con fluidos y diuréticos se asocia a menudo con hipernatremia (cifras alrededor de 150mmol/l son aceptadas) * Nutrición: después de un TCEG los pacientes desarrollan un estado catabólico y su capacidad para utilizar la energía esta reducida .El simultaneo descenso de la actividad metabólica debida al traumatismo implica una sobrenutrición de energía puede inducir una hiperemia adversa . Indicar nutrición de baja energía (15-20kcal/kg/día en el adulto), predominantemente enteral. Evitar hiperglucemia. Mantener glucemia por debajo de 7 mmol/l, si es necesario con insulina. * Analgesia y sedación: deben usarse en forma combinada, con ello se consigue potenciar sus efectos y disminuir la dosis individual. Por su efecto depresor deben utilizarse bajo ventilación mecánica. El sedante de elección es el midazolan y los analgésicos mas adecuados son el cloruro mórfico y el fentanilo. * Evitar el aumento de PIC: mantener la PIC alrededor de 20 mmHg con una PPC de 50 mmHg para adultos y de 40 mmHG para niños, con una normovolemia.
Tratamiento clásico de la HIC: En aquellos casos en los que existen una HIC (PIC> de 20mmHg) y las maniobras anteriores han sido realizadas de forma adecuada y habiéndose descartado nuevas LOE que requieran tratamiento quirúrgico, debe iniciarse un tratamiento escalonado que comprende: * Drenaje del LCR: el drenaje a través de un catéter intraventricular es uno de los principales métodos terapéuticos para reducir la PIC. Cuando los ventrículos cerebrales están agrandados, el drenaje de pequeñas cantidades puede salvar la vida al paciente, hasta que otro método terapéutico pueda ser efectuado. No obstante siempre hay que tener en cuenta la posibilidad de colapso ventricular y de desviación de la línea media cerebral. * Hiperventilación "optimizada" El dióxido de carbono es el elemento más potente en provocar, de forma rápida, cambios en el tono y al resistencia vasomotora a nivel de la microcirculación cerebral. La teoría es que tiene una acción indirecta disminuyendo la concentración de hidrogeniones a nivel del líquido extracerebral. Al disminuir su concentración se produce una vasoconstricción cerebral disminuyendo el VSC y la PIC. En la actualidad la HV se reserva para situaciones aguda de deterioro neurológico (herniación cerebral) y para el tratamiento de la HIC en pacientes en los que haya razones para suponer una situación de hiperemia cerebral. La HV estará indicada en el tratamiento de la HIC establecida cuando la lesión sea predominantemente difusa de la TAC, la PPC sea > 70 mmHg, la ecografía muestre velocidades medias elevadas y cuando la SJO2 sea > 70 mmHg . Esta forma de empleo de la HV es lo que se denomina Hiperventilación optimizada. Una SJO2 > 70 mmHg puede indicar tanto una hiperemia como una isquemia, en esta situación se mide la diferencia arterio-yugular del lactato, que cuando es normal indica hiperemia y cuando esta elevado señala infarto cerebral. * Soluciones Hipertónicas: Indicaciones del manitol: es uno de los fármacos mas útiles en el arsenal terapéutico neuroquirúrgico. Es un azúcar inerte, muy hidrosoluble, no es metabolizado por el organismo, de bajo peso molecular, con una alta osmolalidad, diurético osmótico potente, vida media 2-3 horas, con un efecto hiperosmótico máximo a los 36 minutos de su administración, no atraviesa la BHE normal. Secundariamente a sus efectos hemodinámicos (disminución de la viscosidad sanguínea y aumento de la tensión arterial se producirá vasoconstricción refleja de los vasos cerebrales con el consiguiente descenso del volumen sanguíneo cerebral, por lo tanto, de la PIC. En el tratamiento de la HIC, el manitol es la medida terapéutica de elección con FSC normal o reducido, es eficaz con PPC inferior a 70 mmHg, también es de elección en situaciones de edema cerebral osmótico (por su acción deshidratante). En su efecto sobre la PIC, la velocidad de infusión juega un papel muy importante, ya que a mayor velocidad de infusión, la disminución de la PIC es mas importante pero menos duradera. Actualmente se recomienda, en casos de urgencia administrar 1g/kg en 30 minutos de manitol; y en casos de poca urgencia dosis de 0,5 g/kg en 60 minutos. Tras la administración de manitol, debe reponerse la diuresis para evitar la deshidratación, la depleción de volumen y la hemoconcentración. La reposición hidroelectrolítica debe mantener una osmolaridad inferior a 320 mOsm/kg. En casos de sobrecarga hídrica o cardiopatía preexistente es útil la asociación de manitol y furosemida(3-6-7). Soluciones Salinas Hipertónicas (SSH): dadas las características de la BHE, que no permite el paso de iones, el Na+ puede ejercer un efecto osmótico similar al manitol. La administración de SSH produce una rápida expansión del volumen intravascular, debido al alto gradiente osmótico que se establece entre el compartimiento intravascular y el extravascular, disminuyendo el edema cerebral. Además produce una reducción de las resistencias vasculares periféricas, mejora la contractilidad miocárdica y, en pacientes con shock, favorece la función renal y pulmonar. * Barbitúricos: pueden descender el VSC mediante una vasoconstricción arterial secundaria a la reducción del metabolismo, que también tiene un efecto protector frente a la isquemia, esto ocurre únicamente en pacientes con reactividad al CO2 conservada. Tener cuidado por que altas dosis de barbitúrico puede producir una vasoparálisis, causando vasodilatación, aumento del VSC y de la PIC. Durante el periodo critico con incremento de la PIC, preferimos utilizar dosis de tiopental (1-3 mg/kg/hora) o el pentobarbital (1 mg/kg/hora). Los barbitúricos están indicados en los pacientes con HIC refractaria a los tratamientos anteriores, cuando la HIC es secundaria a tumefacción cerebral (brain swelling) difusa, cuando la HV reduce la PIC, cuando la SJO2 es mayor 70 mmHg, y ante Doppler con velocidades medias elevadas(8).
Medidas Terapéuticas Alternativas * Manipulación de la presión de perfusión cerebral (PPC): Rosner propone "manipular la PPC con el fin de preservar el FSC . Este autor promulga mantener un estado euvolemico y una normocapnia, junto a una posición plana del paciente y el uso de fármacos vasopresores para mantener valores de la PPC iguales o superiores a los 85 mmHg. Con esto intenta evitar la respuesta isquemia que se genera cuando la PPC disminuye por debajo de los 50 mmHg, que lleva a una vasodilatación cerebral secundaria, que aumenta el VSC y la PIC (cascada vasodilatadora). Esto lleva a formar un circulo vicioso que continua hasta que el grado de vasodilatación es máximo (limite inferior de la autorregulación) y solo se interrumpe cuando aumenta la TAS y la PPC. En el polo opuesto, la cascada vasoconstrictora expone un incremento de la PPC, provocando una vasoconstricción, un descenso del VSC y de la PIC, y así aumenta la PPC. El fenómeno continuara hasta conseguir una vasoconstricción máxima, que se sitúa en el rango superior de la curva de autorregulación de cada paciente. El objeto es mantener cifras de PPC por encima de los 70 mmHg con valores de la PIC por debajo de 20 mmHg. En el caso de que exista una HIC, la PAM debe mantenerse 70 mmHg por encima de la PIC (ejemplo: si la PIC=35 mmHg, la PAM debe ser 70 + 35= 105 mmHg). * Dihidroergotamina: es un vasoconstrictor con acción predominantemente sobre el lecho venoso. Del VSC, el 70% se halla en el lecho venoso, esta venoconstricción permite disminuir el volumen hemático y la PIC, sin alterar el flujo sanguíneo ni el metabolismo cerebral. * Indometacina e inhibidores de las prostaglandinas: en el período de reperfusión postisquémica niveles altos de ácido araquidónico son convertidos en prostaglandinas, Estas tienen un neto efecto vasoconstrictor y agregación plaquetaria, pudiendo contribuir a los síndromes de hipoperfusión postisquémica. La indometacina fue utilizada con la finalidad de inhibir los efectos de las prostaglandinas.
Medidas terapéuticas complementarias: NEUROPROTECCION Neuroprotección: conjunto de maniobras terapéuticas complementarias que tienen por objeto frenar las cascadas metabólicas anómalas que aparecen en los TCEG. * Lazaroides, antagonistas del NMDA y limpiadores de radicales libres: los radicales libres de oxigeno han sido implicados como factores causales de la lesión neuronal postraumática, isquémica y en la patogenia del edema cerebral citotóxico y vasogénico. Por ello los limpiadores (scavengers) de radicales libres, los inhibidores de la peroxidación de lípidos (21 aminoesteroides o lazaroides) y los antagonistas del N-metil-D-aspartato (NMDA) se ha sugerido que pueden poseer un potencial beneficioso en el tratamiento de los síndromes posteriores al TCE y a la isquemia cerebral. * Inhibidores del glutamato: recordando que el mecanismo protector fisiológico por excelencia de la neurotoxicidad es la eliminación del glutamato sobrante por los astrositos perineuronales, el objetivos de estos inhibidores del glutamato como el CGS 19755 (selfotel) seria disminuir la degeneración neuronal y la muerte celular inducida por la isquemia, también disminuye la PIC, sin modificar la TA, por lo que mejora la PPC. * Antagonistas de los canales de calcio: en situaciones de isquemia o de otras desregulaciones metabólicas, se producen aumentos excesivos de Ca++ intracelular. El Ca++ intracelular exacerba la función de algunas proteinquinasas, desencadenando proteólisis, fosforilación de proteínas. La administración de S-emopamil, un bloqueante de canales de calcio y antagonista de los receptores de 5-HT de la serotonina, mostró resultados espectaculares en la reducción del FSC regional. * Hipotermia: es bien conocido que la hipertermia puede precipitar la aparición de lesiones secundarias en el contexto de los pacientes con un TCEG y que es una causa evitable de HIC y además puede alterar los mecanismos de autorregulación cerebral. Por el contrario la hipotermia puede impedir estos problemas. La hipotermia moderada reduce las demandas metabólicas cerebrales y sistémicas , protege de la acción de los radicales libres, no altera el control metabólico del FSC, por lo que a un descenso del consumo metabólico cerebral de oxigeno le seguiría una disminución del FSC, del VSC y de la PIC.

lunes, 5 de abril de 2010

ENFERMEDAD DE PARKINSON

La enfermedad de Parkinson es un trastorno degenrativo de carácter progresivo e incurable que suele aparecer en personas de unos 60 años.
La enfermedad se produce por la degeneración celular de la sustancia negra del mesencéfalo y la disfunción de los circuitos neuronales relacionados con el control de los movimientos corporales. Los síntomas más típicos de la enfermedad son la bradicinesia (lentitud de los movimientos voluntarios), acinesia (ausencia de movimiento), la rigidez muscular y el temblor, si bien suelen coexistir otros síntomas tanto sensitivos como vegetativos, cognitivos, afectivos. Es un trastorno propio de personas de edad avanzada, aunque existen formas de inicio juvenil.

Descubrimiento
La enfermedad fue descrita y documentada en 1817 (Essay on the Shaking Palsy) por el médico británico Dr. James Parkinson; los cambios bioquímicos asociados fueron identificados en los años 1960.
A principios de la década de 1960, los investigadores identificaron un defecto cerebral fundamental que es el distintivo de la enfermedad: las pérdidas de células cerebrales que producen un neurotransmisor -la dopamina- fundamental, entre otros, en los circuitos cerebrales implicados en el control del movimiento. Este descubrimiento llevó a los científicos a encontrar el primer tratamiento eficaz de la enfermedad de Parkinson y sugirió formas de elaborar terapias nuevas y aún más eficaces. Es el ejemplo más común de una serie de trastornos neurodegenerativos caracterizados por la acumulación en las neuronas presinápticas de la proteína α-sinucleina. Casi todas las formas de parkinsonismo son el resultado de la reducción de la transmisión dopaminérgica en las neuronas de los ganglios basales.

Epidemiología
Afecta normalmente a adultos mayores, a partir de los 50 o 60 años, aunque excepcionalmente se puede padecer a partir de los 30 años.
Su evolución varía entre 10 a 25 años.
Los factores de riesgo para su aparición comprenden: antecedentes familiares, sexo masculino, TEC, exposición a pesticidas, consumo de agua no procesada y habitar en medio rural.
Se ha observado una incidencia reducida en el caso de consumo de café, hábito tabáquico, uso de AINES, TRH.

Características clínicas
El diagnóstico puede realizarse en aquellos individuos que presenten al menos 2 de 4 signos cardinales:
Temblor en reposo.
Rigidez muscular.
Bradicinesia (lentitud de los movimientos voluntarios).
Pérdida de reflejos posturales.
El temblor en reposo está presente en ~85 % de los casos de EP. La ausencia de expresión facial, disminución del parpadeo y del movimiento de los brazos al caminar completan el cuadro clínico.

Manifestaciones motoras
· Bradicinesia.
· Alteración de la motricidad fina.
· Micrografía.
· Hipofonía.
· Sialorrea.
· Temblor en reposo de 4 a 6 Hz.
· Rigidez múscular.
· Alteración de la postura.
· Inestabilidad postural.

Características no motoras
· Depresión y ansiedad.
· Alteraciones cognitivas.
· Trastornos del sueño.
· Alteraciones sensoriales y dolor.
· Anosmia
· Trastornos de la función autonómica.
· Trastornos de memoria.
· Cleptomanía recordatoria (guardar objetos en otro lugar).

Efectos secundarios
La disfunción autonómica se acompaña de diversas manifestaciones: hipotensión ortostática, estreñimiento, urgencia miccional, sudoración excesiva, seborrea. La hipotensión ortostática puede ser ocasionada tanto por la denervación simpática del corazón como por efecto colateral de la terapia dopaminomimética.
La depresión afecta a aproximadamente el 50% de los pacientes con enfermedad de Parkinson y puede presentarse en cualquier momento de evolución de la enfermedad, sin embargo se debe tener en cuenta que puede ser agravada por la administración de agentes antiparkinsonianos y psicotrópicos; otras causas de depresión refractaria a tratamiento incluyen: hipotiroidismo, hipogonadismo, déficit de vitamina B12
Los síntomas psicóticos (más que una genuina psicosis se trata de la semiología de una demencia) afectan a 6 – 40% de los pacientes, en etapas tempranas incluyen alucinaciones visuales, aunque la depresión y la demencia son los principales desencadenantes de la psicosis, también lo es la administración de gentes dopaminérgicos anticolinérgicos, amantadita, selegilina..



Etiología
Se desconoce la causa de dicha enfermedad. Han surgido múltiples hipótesis patogénicas. Entre las mejor fundamentadas se encuentran las que implican un factor tóxico, hasta ahora desconocido, y factores genéticos.

Independientemente de cual sea la causa última, se conocen diversos procesos probablemente implicados en la producción del daño neuronal. Entre ellos la formación de radicales libres. Estos son compuestos inestables debido a que carecen de un electrón. En un intento por reemplazar el electrón que falta, los radicales libres reaccionan con las moléculas circundantes (especialmente metales tales como el hierro), en un proceso llamado oxidación. Se considera que la oxidación ocasiona daño a los tejidos, incluidas las neuronas. Normalmente, los antioxidantes, productos químicos que protegen a las células de este daño, mantienen bajo control el daño producido por los radicales libres. Las pruebas de que los mecanismos oxidativos pueden ocasionar o contribuir a la enfermedad de Parkinson incluyen el hallazgo de que los pacientes con la enfermedad tienen niveles elevados de hierro en el cerebro, en especial en la materia gris, y niveles decrecientes de ferritina, que sirve como mecanismo protector rodeando o formando un círculo alrededor del hierro y aislándolo.

Otros científicos han sugerido que la enfermedad de Parkinson puede ocurrir cuando una toxina externa o interna destruye selectivamente las neuronas dopaminérgicas. Un factor de riesgo ambiental tal como la exposición a pesticidas, o una toxina en el suministro de alimentos, es un ejemplo de la clase de desencadenante externo que pudiera, hipotéticamente, ocasionar la enfermedad de Parkinson. La teoría tiene entre sus apoyos el hecho de que algunas toxinas, tales como 1-metil-4-fenil-1,2,3,6, -tetrahidropiridina (MPTP) inducen síntomas similares a los de la enfermedad de Parkinson así como lesiones en las neuronas de la materia gris en los seres humanos y en animales. Sin embargo, hasta la fecha, ninguna investigación ha proporcionado prueba definitiva de que una toxina sea la causa de la enfermedad.

Una teoría relativamente nueva explora el papel de los factores genéticos en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson. De un 15 a un 25 por ciento de los pacientes de Parkinson tienen un familiar cercano que ha experimentado síntomas de Parkinson. Después de que los estudios en animales demostraran que MPTP interfiere con el funcionamiento de las mitocondrias dentro de las células nerviosas, los investigadores se interesaron en la posibilidad de que el deterioro en el ADN de las mitocondrias puede ser la causa de la enfermedad de Parkinson. Las mitocondrias son orgánulos esenciales que se encuentran en todas las células animales que convierten la energía de los alimentos en combustible para células.

Por último, otra teoría propone que la enfermedad de Parkinson ocurre cuando, por causas desconocidas, el desgaste de las neuronas productoras de dopamina normal, relacionado con la edad, se acelera en ciertas personas. Esta teoría se sustenta en el conocimiento de que la pérdida de mecanismos protectores antioxidativos está asociada con la enfermedad de Parkinson y el envejecimiento.
Muchos investigadores creen que una combinación de estos cuatro mecanismos - daño oxidativo, toxinas ambientales, predisposición genética y envejecimiento acelerado - finalmente se identificarán como causas de esta enfermedad.


Signos y síntomas
· Rigidez muscular.
· Temblor que puede ser de diferentes intensidades.
· Hipocinesia, (falta de movimientos).
· Dificultad al andar.
· Mala estabilidad.
· Al comenzar a andar tienen problemas, les cuesta empezar.
· Si un movimiento no se termina tiene dificultades para reiniciarlo, o para terminarlo.
· Cara de pez o mascara, por falta de expresión de los músculos de la cara.
· Lentitud de movimientos (Bradicinesia).
· Acatisia, se dice de una falta de capacidad de estar sentado sin moverse.
· Boca abierta con dificultad para mantenerla cerrada.
· Voz de tono bajo y monótona.
· Dificultad para escribir, para comer o para movimientos finos.
· Deterioro intelectual, a veces.
· Estreñimiento.
· Depresión, ansiedad, atrofia muscular.
· Dolor testicular.
· Enrojecimiento de los pies.
· Vómito continuo.
· Dolor abdominal.
· Otro signo típico de un cuadro parkinsoniano es el signo de Meyerson o reflejo glabelar positivo. El reflejo glabelar es el cierre ocular producido al golpear suavemente en el espacio interciliar (en la raíz de la nariz); si no se agota al repetir el estímulo es positivo y, por tanto, patológico.




Signos clínicos cardinales
Temblor
Un temblor de 3 a 5 Hz es usualmente uno de los síntomas iniciales de la enfermedad, se hace más evidente cuando las manos están en reposo. El temblor parkinsoniano usualmente disminuye cuando se realizan movimientos, aunque algunos pacientes pueden también padecer temblor de actividad. El temblor del labio inferior o del mentón no es infrecuente, pero el de miembros inferiores es menos frecuente. Los pacientes pueden experimentar temblor de reposo cuando realizan actividades con la mano contralateral, cuando realizan esfuerzos mentales y al caminar.


Rigidez
La rigidez parkinsoniana se caracteriza por una resistencia constante al movimiento pasivo. Los pacientes usualmente describen una sensación de tensión, pudiendo comprobarse la rigidez en el examen físico. En la semiología se puede corroborar el signo de la rueda dentada de Negro, que consiste en oscilaciones repetidas de resistencia a los movimientos pasivos ejercidos en muñecas, codo u otras articulaciones.


Bradiquinesia
Este término se utiliza frecuentemente para referirse a la lentitud del movimiento o a la dificultad de inicial el movimiento, mientras que la hipoquinesia o aquinesia se refiere a pobreza en el movimiento o falta del mismo. Este síntoma es el más incapacitante para los pacientes.
Inestabilidad postural
Los pacientes parkinsonianos tienen dificultad en ponerse de pie desde una posición sentada, mantener la estabilidad postural y adoptar una postura erecta, pueden hasta perder espontáneamente el balance.


Otros síntomas motores
Los pacientes con enfermedad de Parkinson pueden sufrir una diversidad de síntomas motores adicionales, que son esencialmente variantes de los anteriormente descriptos. La hipomimia, o cara de póker, es muy probablemente el resultado de la combinación de bradiquinesia y rigidez. También la disartria, hipofonía y sialorrea podrían tener un mecanismo similar. Otras manifestaciones de la bradiquinesia son la micrografia, disminución del parpadeo, pérdida del balanceo de los brazos y marcha festinante. Los trastornos respiratorios son frecuentes y principalmente resultan de la restricción de los músculos motores debido a rigidez.


Disfunción autonómica
Resulta de la enfermedad misma o de drogas antiparkinsonianas, incluye constipación, sialorrea, disfunción intestinal, impotencia, pérdida de la libido e hiposmia. También puede existir hipotensión ortostática.

Manifestaciones psiquiátricas de la enfermedad de Parkinson
Demencia: El deterioro cognitivo se produce en una proporción amplia de los pacientes parkinsonianos.
Depresión: según algunos estudios está presente en alrededor del 40% de los pacientesPsicosis: ésta es una manifestación poco común de la enfermedad, pero puede suceder a raíz de la terapia de reemplazo dopaminérgico.




Diagnóstico

Neurorradiología
En la enfermedad de Parkinson, el diagnóstico por imágenes no es necesario. La enfermedad es comúnmente “algo”asimétrica, pero si la signosintomatología es marcadamente asimétrica, resultando en un severo compromiso de un lado sin manifestaciones del otro, debe plantearse el estudio por imágenes del sistema nervioso central, particularmente la resonancia magnética. Será necesario descartar la posible existencia de una lesión unilateral estructural, que afecte la confluencia de los ganglios basales ( malformación arteriovenosa, infarto, neoplasia, o la presencia de una hemiatrofia cerebral ).En donde la neurorradiología sí adquiere valor es en los casos en que exista entera sospecha de parkinsonismo o sea necesario extremar - más aún - el diagnóstico diferencial.Criterios diagnósticosHasta no hace mucho, se diagnosticaba la enfermedad de Parkinson en base al hallazgo de 2 o 3 de los signos cardinales ( temblor, bradicinesia, rigidez y alteraciones de los reflejos de postura ), previa exclusión de los casos con signos semiológicos atípicos o con una causa reconocible de parkinsonismo secundario.En los últimos años, varios investigadores han sugerido propuestas de criterio diagnóstico de enfermedad de Parkinson, con el fin de categorizar más adecuadamente a estos pacientes. Merecen citarse - al respecto - las propuestas diagnósticas y los criterios de inclusión para el CAPIT (Core Assessment Program for Intracerebral Transplantations ), los de la UKPDSBB (United Kingdom Parkinson’s Disease Society Brain Bank ) y los de Koller, entre otros. Todas estas propuestas establecen criterios de inclusión y exclusión, y de respuesta clara a la levodopa u otro agonista dopaminérgico. La aplicación de estos criterios mejora la exactitud diagnóstica de la enfermedad.Para aseverar la veracidad del diagnóstico clínico, Hughes, Daniel, Kilford y Lees estudiaron 100 cerebros de pacientes, a los cuales se les había diagnosticado en vida, padecer de enfermedad de Parkinson. Sólo el 76% de ellos presentó criterios anatomopatológicos de la enfermedad, a pesar de haber sido diagnosticada previamente. En todos estos pacientes no sólo se encontraron cuerpos de Lewy en la sustancia negra, sino también en la corteza cerebral. En el 24% restante, el diagnóstico incluyó: parálisis supranuclear progresiva, atrofia multisistémica, enfermedad de Alzheimer, atrofia nígrica sin cuerpos de Lewy y enfermedad vascular de los ganglios basales. Lo interesante de este trabajo es que - por otra parte- la aplicación retrospectiva de los criterios clínicos de la UKPDSBB (Banco de Cerebros de la Sociedad de Enfermedad de Parkinson del Reino Unido- ver cuadro-) hubiera mejorado la certeza diagnóstica al 82%.

Posibles marcadores biológicos
Langston y Koller definen los marcadores biológicos como “cambios mensurables en el cuerpo que constituyen un resultado directo o indirecto del proceso mórbido por sí solo”. Si - como sabemos - existe un largo período presintomático de la enfermedad, es concebible que estos marcadores puedan ser identificados antes de que aparezcan los síntomas.La pérdida del sentido del olfato ( hiposmia ) es un posible marcador que ya ha sido mencionado. Diversos autores sostienen que pueden existir anomalías mitocondriales, en cerebro, músculos y plaquetas.Carvey, McRae, Lint y colaboradores han encontrado en el líquido cefalorraquídeo de pacientes parkinsonianos, la presencia de un anticuerpo a la dopamina, que podría constituir un marcador potencial de degeneración nígrica.Por último, la electroneurofisiología resultaría útil en el diagnóstico presintomático de la enfermedad (temblor subclínico ). La tomografía por emisión de positrones - con fluorodopa - demuestra que en la enfermedad de Parkinson existe una reducción de la captación predominantemente en el putamen, mientras que en este mismo lugar los receptores dopaminérgicos D2 se encuentran en niveles normales o en un número ligeramente elevado. Hay ciertas condiciones en que la tomografía por emisión de positrones puede demostrar una reducción de la dopamina estriatal en individuos asintomáticos.Todo esto permite abrigar la esperanza de que en un futuro no muy lejano puedan tabularse estos posibles marcadores biológicos para el diagnóstico preciso de la enfermedad de Parkinson. Es más, estos marcadores podrían eventualmente detectar la fase preclínica o temprana de la enfermedad. Por hoy, el diagnóstico sigue siendo clínico

Tratamiento
El tratamiento de la enfermedad se basa en controlar los síntomas supliendo la alteración de los transmisores.
Existen diversos fármacos útiles para esta enfermedad. La mayoría de ellos deben su utilidad a su capacidad para compensar la falta de dopamina, característica de la enfermedad.
El fármaco más eficaz es la levodopa, que es transformada en dopamina por el propio organismo. Otros fármacos útiles son los denominados agonistas dopaminérgicos, que estimulan directamente los receptores dopaminérgicos. Entre ellos se encuentran el pramipexol, ropirinol, cabergolida, bromocriptina, lisurida, apomorfina, rasagilina, pergolida y otros.
Se administra Dopamina, con esto se mejora la coordinación de movimentos, se suele asociar con otros fármacos agonistas dopaminérgicos (Carbidopa).
La amantadina se utiliza para tratar el temblor.
Tienen que tratarse también otros problemas médicos generales. A veces se asocian antihistamínicos, antidepresivos, bromocriptina, IMAO, y otros medicamentos para tratar otros síntomas.
En cada caso el tratamiento farmacológico será individualizado, todo depende de las características del paciente y los síntomas predominantes en cada caso. El enfermo tendría que hacer ejercicio físico. Haciendo ejercicio es la única manera de poder valerse por sí mismo, así como el soporte y tratamiento psicológico de la situación.
Existen también fármacos útiles para el tratamiento de las diversas manifestaciones clínicas de la enfermedad.
El uso terapeutico de la marihuana puede tratar la psicosis asociada que sufren los enfermos de Parkinson, como la reducción de temblores, la ansiedad, los disturbios en el sueño y la depresión.

Prevención
En los últimos años se han realizado múltiples estudios con el fin de identificar factores exógenos que pudieran modificar el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Mediante estudios caso-control retrospectivos se ha intentado relacionar el consumo regular de antiinflamatorios no esteroideos y de ciertas vitaminas con un menor riesgo de enfermedad de Parkinson pero los resultados de estos estudios son contradictorios y no es posible en estos momentos inferir que el consumo de estos fármacos reduzca el riesgo de padecer Parkinson. La asociación más firme actualmente es la mayor incidencia de la enfermedad entre no fumadores: existe una relación en la alteración en los niveles de dopamina producidas por el tabaco y un decremento del riesgo de contraer Parkinson, pero los mecanismos de tal relación aún no se encuentran determinados.